miércoles, 16 de diciembre de 2009

LAS ALHAJAS Y ORNAMENTOS DE LA VIRGEN.

Este articulo fue publicado en la revista del Virgen de la ESTRELLA del año 2008.


Históricamente la Virgen de la Estrella ha sido destinataria de más devoción que otras de Los Santos.Si acaso en los primeros siglos, después de la Reconquista,la del Apostol Santiago podría compararse con ella.Por lo tanto no es de extrañar que fuera merecedora de múltiples donaciones.Desde el capitán García de Vargas y su mujer, a finales del s.XV quienes hicieron una importante disposición en efectivo para remodelar la Ermita hasta los naturales de Los Santos que pasaron a las Indias y fueron favorecidos con mayor o menor fortuna ,tuvieron siempre presente a la Santísima Virgen: Los Gómez Digero,Lavados,Zayas,Pachones,Montaños,el Alférez Aguilar y sobre todo el General Juan Fernández de la Fuente a finales del s. XVII,quién regaló una corona y una importante cantidad de metálico para el adecentamiento de la ermita y la compra de una viña,participaron dentro de sus posibilidades en incrementar su patrimonio.Sin embargo a lo largo de los siglos también se han producido saqueos y desvalijamientos.Durante la Guerra de Sucesión Española,a principios del s. XVIII, como en la de la Independencia,particularmente en 1811, y posteriormente en 1837 con motivo de las amenazas de las Partidas Carlistas,que vagabundeaban a lo largo del territorio extremeño convertidos más en bandoleros que en combatientes, las autoridades provinciales de aquella época aconsejaron el traslado a Badajoz de la totalidad del oro,plata y joyas acumuladas en los pueblos para evitar que cayeran en manos de aquellas, constando documentalmente la entrega,pero no la devolución,redujeron drásticamente sus pertenencias.
Hasta que se impuso la moda de vestir las imagenes,los regalos consistían en joyas,lampadarios ,mobiliario para la ermita,objetos sagrados para el culto,cuadros, ornamentos para los oficiantes e incluso fincas rústicas con cuyos productos se ayudaba a mantener decorosamente la ermita.Posteriormente las ropas lujosamente adornadas para la Virgen y el Niño,los aderezos de oro y plata y las diversas remodelaciones del Santuario durante los siglos XIX y XX fueron los destinos principales tanto de las donaciones particulares como la de los fondos propios.Casualmente ha llegado a mi poder un antiguo inventario del mobiliario,enseres,ropas y alhajas que la Virgen mantenía en 1878 y que según me han confirmado algunos miembros de la Cofradía parte de ellos aún se conservan.Son los siguientes:
-Dos cadenas de oro.
-Un collar y una cruz de ámbar.
-Tres Rosarios de plata sobredorados en mal estado.
-Unos pendientes de topacio y perlas.
-Otros exactamente iguales que los anteriores que tenía puesto la Virgen.
-Un medio aderezo de oro y coral.
-Un anillo de oro esmaltado con un diamante.
-Unos pendientes de oro y amatista con perla.
-Un diamante con fajin de oro con su estuche.
-Unos zapatitos de plata para el niño.
-Dos lámparas de plata.
-Un cetro de plata sobredorado.
-Un incensario de metal blanco con las navetas.
-Unas vinajeras con platillos de plata.
-Dos cálices de plata,uno cingulado y otro raso,con sus correspondientes patenas y una cucharita.
A este inventario hay que añadir una piedra preciosa de gran tamaño que regaló D. José Gómez de Terán,a finales del siglo XIX,para la futura Coronación Canónica,permaneciendo hasta ese día en poder de sus herederos y sucesores,como así ha ocurrido.
Llama la atención que a pesar de los despojos sufridos durante el primer tercio del s. XIX,La Virgen contaba con un apreciable patrimonio.
Con respecto al vestuario de la Virgen y el Niño,tambien se hace un relación muy exhaustiva.Sobre él,quiero hacer mención al hecho de que los oficiales y veteranos naturales de Los Santos sobrevivientes de la Guerra de la Independencia,encabezados por el Brigadier (sin duda se refiere al General Durán Ponce y Peña,tres veces laureado,que participó con notoriedad en aquella Guerra y en la de la Emancipación Americana) regalaron un vestido y saya (manto sin cola) lujosamente bordados en oro y piedras que según refiere el libro de Cuentas de 1865,hubo que deshacer,extraer el oro y las piedras para sufragar el arreglo de la cubierta de la ermita ante la penuria económica y escasez de medios, en 1844.

VESTUARIO
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Dos vestido de Seda,uno de ellos morado sin corporales ni irgüela.
Cinco camisas,una de hilo y las restantes de algodón.
Cuatro hábitos de hilo bordados en oro.
Tres pares de enaguas de hilo.
Trece pares de enaguas de hilo para el Niño.
Cuatro hábitos de hilo para el Niño.
Un Manto de damasco verde.
Una toca de tisú de plata.
4 vestidos completos,uno de terciopelo granate con franja de oro , otro de tisú de plata ramblado de blanco, el otro de moaré y el último de terciopelo bordado en oro.
Una saya (manto sin cola) de raso carmesí con franja de tafetán verde.
Como curiosidad también se hace mención en el inventario a varias camisas y otros tantos pares de calzoncillos de S. Joaquín.
Por supuesto también se incluyen en el inventario los ornamentos sagrados de los oficiantes y que se componen de varias casullas,cíngulos ,estolas, etc,que aún se conservan.
La ampliación del camarín y el traslado de la Imagen a la Parroquia en determinadas ocasiones justificó que tanto en el santuario como en el recorrido procesional pudiera lucir con el máximo esplendor y para ello la imagen fue provista de amplios y vistosos mantos normalmente regalados por alguno de sus devotos .Hay constancia de los donados en 1870 por D. José Flores Mena , José Gómez de Terán, los hermanos Juan y Dolores Durán Lemos y más recientemente por Juan Murillo Rico y Alonso Justo Holgado que pueden contemplarse en el museo de la Ermita.
Independientemente de estas donaciones particulares,lo cierto es que el pueblo de Los Santos ha respondido siempre en masa a las peticiones a favor de nuestra Patrona,aún en momentos muy difíciles y sobrepasando en muchas ocasiones las posibilidades de sus devotos como lo prueba el ejemplo siguiente:Con motivo del petitorio realizado en la víspera de la festividad del año de 1885,recién extinguida una de las epidemias que asoló nuestra población,el mayordomo de entonces junto a otros miembros,fueron llamados por una joven viuda con un hijo enfermo que vivía en la calle del Corral del Concejo,hoy Colón ,para ofrecer lo único de lo que podía desprenderse, que no era ni más ni menos que su CABELLO (era frecuente donarlo según se comprueba en el referido libro de cuentas) negándose los miembros de la comisión a que se lo cortara y disponiendo en su favor de una limosna sufragada particularmente por aquellos.Al dá siguiente,el ermitaño informó al mayordomo de que a las puertas de la ermita había aparecido una cesta de mimbre con una trenza de pelo natural.Ante ese gesto,D. Juan Durán Lemus,D. Felipe Saavedra Lemus,D. José Rico Gómez de Terán y D. Bernardino Corrales decidieron disponer cada uno de ellos de una cantidad vitalicia a favor de aquella viuda y de su hijo.En el Testamento del referido Juan Durán Lemus,fallecido en 1929, aparece consignado un legado en metálico a favor de aquél hijo que ya debía haber quedado huérfano.


Julio de 2008.-

Fdo.- Juan Murillo Tovar.-

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